Hoy quiero que me acompañéis en un viaje un tanto diferente. Dejad volar vuestra imaginación para retroceder hasta los años ’20 y situaros en EEUU.
Estamos en plena Ley Seca. Es decir, está prohibida la fabricación, la comercialización y el consumo de alcohol. El gobierno republicano ha considerado que es la raíz de todos los males del país y pretende reconducirnos por el buen camino.
Alcohol y mafia
Sin embargo, no va a ser tarea fácil. ¿Acaso no saben que la prohibición aviva el deseo? El contrabando y la destilación casera aumentan día a día para suplir la falta de alcohol. Con lo que la ley acaba teniendo efectos contrarios al deseado. Aumentan la violencia, las prácticas ilegales y las intoxicaciones etílicas.
Muchos de los grandes mafiosos de la historia del país crean su imperio a raíz de esta prohibición. Tal es el caso de Al Capone. Las luchas entre bandas se vuelven espectáculo común y nadie parece librarse de la corrupción.
La diversión continúa en el speakeasy
En contraposición, el ambiente que se respira en los bares clandestinos es la máxima expresión de la elegancia de los felices años veinte. Sofisticados vestidos cubren a las mujeres que se mueven al ritmo del jazz copa en mano, las perlas y joyas las hacen brillar aún más y los hombres las sacan a bailar enfundados en trajes a medida. Las bailarinas provocan y seducen con sus movimientos de charleston y vodevil. En algunas mesas se alzan voces enfervorizadas por el juego y las apuestas. ¡Hasta el fumar parece glamouroso!
Si quieres entrar a uno, no te fíes de las apariencias. Una zapatería, una carnicería o una peluquería pueden esconder en su trastienda uno de estos speakeasy, como también los llamaban. Un contacto y una contraseña son necesarios para entrar. Si lo consigues, te sorprenderá ver cómo las bebidas se sirven en tazas y los camareros llevan batas, cual boticarios. Para intentar despistar a las autoridades, mejor pasarse que quedarse corto.
Un secret club actual
Volvamos ahora al presente, donde la marca de whisky Cutty Sark está llevando a cabo una interesante campaña promocional. Fue durante esos años cuando se convirtió en una marca renombre, al ser importada clandestinamente en los cargueros que llegaban a EEUU. Por ello, ha decidido conmemorarlo recreando en varias ciudades de España el ambiente de aquellos clubes secretos. No se han dejado ni un solo detalle, contraseña y negocio tapadera incluidos. Tuve la suerte de poder asistir a la que hicieron en Barcelona (aquí tenéis la crónica) y espero que la repitan. Así que os recomiendo estar atentos si los hacen en vuestra ciudad. Con un poco de suerte, conseguiréis entrar a un verdadero speakeasy.
ALBA SALGADO LÓPEZ
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